Hay muchos términos confusos en la fotografía, y la «temperatura de color» está definitivamente a la altura de los mejores. Su nombre no te da mucha idea de lo que se trata, y cuando oyes a la gente hablar de «usar un ajuste de balance de blancos nublado para corregir una temperatura de color de 7.000K» puede ser fácil desconectar y hacer lo posible por ignorarlo.
Para los principiantes, yo recomendaría hacer precisamente eso: es el tipo de cosas que puedes dejar de saber mientras aprendes las habilidades fotográficas más básicas. Sin embargo, una vez que se ha alcanzado un nivel más avanzado, la temperatura de color puede resultar muy útil y es mucho más sencilla de manejar de lo que se podría esperar.
¿Qué significa la temperatura del color?
La definición técnica de la temperatura del color está llena de términos como «radiador de cuerpo negro» y «espacio de cromaticidad»; en resumen, es muy confusa, muy aburrida y, sobre todo, te deja aún más desconcertado que antes.
Sin embargo, en términos sencillos, las diferentes fuentes de luz producen una luz de diferente color. Por ejemplo, una vela emite una luz rojiza, mientras que los rayos del sol del mediodía tienen un tinte azul. Estos diferentes colores pueden expresarse mediante un número, y este número se conoce como temperatura de color.
La temperatura del color se mide en la escala Kelvin, que se indica con la letra «K» o la palabra «kelvin» después del número. Sin embargo, esto es en gran medida irrelevante: lo único que nos interesa es el número.
¿Cómo se utiliza la temperatura del color en la fotografía?
Probablemente te estés preguntando cómo te afecta todo esto a ti y a tus imágenes. Bueno, el ojo humano es excelente para ajustarse a las diferentes temperaturas de color, lo que significa que, para ti y para mí, los objetos parecen tener más o menos el mismo color tanto si están en el exterior bajo el sol como en el interior bajo una bombilla
Las cámaras digitales no se adaptan tan bien como nosotros, por lo que «ven» que los objetos son de diferentes colores según la iluminación. Esto puede hacer que nuestras fotos tengan un tinte de color -es decir, un tinte general azul o naranja- que hace que la toma parezca poco natural y desagradable.
Afortunadamente, las cámaras permiten corregir estos matices de color indicando la temperatura del color de la escena. Para ello se utiliza el ajuste de balance de blancos: basta con indicar a la cámara el tipo de iluminación de la escena (luz diurna, sombra, tungsteno, etc.) y ésta utilizará una temperatura de color adecuada.
Para un control aún más preciso, algunas cámaras permiten programar una temperatura de color exacta en kelvin. Puedes obtener un valor preciso utilizando un medidor de temperatura de color, o tomando una foto de un objeto blanco bajo la misma iluminación y dejando que la cámara calcule la temperatura. También puedes hacer una estimación utilizando la siguiente tabla.
Tabla de temperatura del color
La temperatura del color puede parecer un concepto difícil de aprender, pero una vez que te acostumbras a él, se convierte en algo natural. Su conocimiento puede ser muy valioso, ya que te ayudará a hacer frente a todo tipo de condiciones de iluminación para producir fotos que parezcan naturales y bien equilibradas sin necesidad de un post-procesamiento excesivo.